(Verso 1) Monté mi caballo al amanecer, la pólvora en el aire, el sol me sigue al oeste, hacia un pueblo sin un rey. Dicen que soy un forajido, que no conocen mi ley, pero aquí no queda nadie que me diga qué es la fe. (Pre-coro) Las colinas ya murmuran mi nombre al pasar, donde piso, no florece, sólo queda soledad. (Coro) Y cuando escuches mis espuelas resonar por el lugar, más vale que te escondas, no tendrás dónde escapar. El infierno viene conmigo, y no pienso perdonar, soy el lobo en tu sendero, tu condena al cabalgar. (Verso 2) No hay cuervos que te adviertan, ni rezos que te amparen, cuando caigo en los cañones, sólo el viento sabe hablar. Las serpientes se arrodillan al sentir mi caminar, traigo fuego entre las manos y una deuda por saldar. (Pre-coro) No hay rincón que te esconda ni barranco que saltar, cuando el trueno de mis balas te comienza a arrullar. (Coro) Y cuando escuches mis espuelas resonar por el lugar, más vale que te escondas, no tendrás dónde escapar. El infierno viene conmigo, y no pienso perdonar, soy el lobo en tu sendero, tu condena al cabalgar. (Puente) Sabes que no hay retorno cuando cruzas mi mirar, mis ojos son de acero, mi justicia es el punal. No me hables de redención, ni de culpas que lavar, el infierno está en mi pecho y lo voy a desatar. (Coro Final) Y cuando escuches mis espuelas resonar por el lugar, más vale que te escondas, no tendrás dónde escapar. El infierno viene conmigo, y no pienso perdonar, soy el lobo en tu sendero, tu condena al cabalgar. (Outro) La luna es mi testigo, ya no puedes escapar, soy la sombra en tus pesadillas, soy tu juicio final. El infierno viene conmigo, y no habrá piedad en mi andar.

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